Habitantes de varias comunidades de la región de la cuenca del río La Antigua han iniciado acciones legales ante la grave contaminación fecal en varios afluentes, particularmente en el río Sordo, que atraviesa el municipio de Coatepec a la altura del conocido “Puente del Diablo”, y el río Carneros. La preocupación ciudadana por la salud ambiental y pública motivó la organización de monitoreos comunitarios para identificar el grado de contaminación.
Guadalupe Aquino, vecina de la comunidad Puerto Rico, municipio de Coatepec –donde confluyen los ríos Pixquiac y Sordo– advirtió que ambos cauces están contaminados con materia fecal. “Esa misma agua es utilizada para el riego de los cultivos de caña en la zona, lo que representa un problema de salud pública”, denunció.
Aquino señaló que al respecto, habitantes de la zona han tomado cartas en el asunto: “Se han organizado los monitoreos comunitarios para ver qué tanta contaminación fecal hay en el agua y pues aquí salió con altos índices (…) La finalidad de esto es que nosotros podamos revertir de alguna manera esta contaminación, pues al hacer estos estudios, que la comunidad se entere qué tan contaminada está el agua y que si pudiéramos hacer algo, unir fuerzas entre la ciudadanía”, expuso.
Los estudios comunitarios se han enfocado en la detección de la bacteria Escherichia coli (E. coli), presente en las heces fecales. Aunque existen otros tipos de contaminantes, los análisis realizados hasta ahora se concentran en este indicador bacteriológico por su impacto directo en la salud humana.
Uno de los activistas que ha documentado el problema desde hace más de una década es Tomás Owen, quien ha realizado 46 monitoreos en los ríos Sordo y Pixquiac.
“Yo empecé a hacer monitoreo de este río y del río Sordo hace ya 15 años, llevo 46 monitoreos, en este río que es tan peligroso, solamente hago el bacteriológico, con protocolos de Global Water Watch México. Los resultados que me han dado a mí aquí son en promedio más o menos 600 (mil) ufc de E. coli. Para ponerlo en contexto: el agua potable debe contener 0, para uso recreativo aceptable unos 250, de riesgo 600, para que el agua sea potabilizable mil y aquí andamos entre 600 mil”.
Owen también narró que intentó realizar pruebas físico-químicas, pero el contacto con el agua contaminada le provocó enfermedades: “Las primeras 2 veces que intenté monitorear y quise hacer bacteriológico y lo que llaman físico-químico –y el monitoreo físico-químico implica que uno tiene que meter la mano al agua para tomar muestras–, a pesar de que llevaba botas, guantes, lentes, cubrebocas, me enfermé las 2 veces. Entonces dejé de hacer el físico-químico y ya nada más he estado haciendo el bacteriológico”.
Otro factor agravante es el colector Hortencia, que desvía el río Carneros –desde hace más de 60 años– hacia el río Sordo, lo cual incrementa la carga de residuos que recibe este último.
Además, el grupo ambientalista Guardianes del Agua ha identificado descargas directas de drenaje provenientes de CMAS Xalapa hacia ríos como el Carneros, Sordo y Pixquiac.
Loni Hensler, integrante de los Pueblos Unidos de la Cuenca La Antigua por los Ríos, señaló la falta de transparencia por parte de las autoridades: “Realizamos 33 solicitudes, solamente el 9 por ciento de las autoridades nos otorgaron esa información sobre la calidad del agua, y pues analizamos esos datos, los que teníamos nosotros y los que ha realizado Global Water Watch México, y encontramos que en total de los datos disponibles de la cuenca La Antigua, el 64 por ciento se encuentra contaminado. Y fuertemente contaminado. Entonces eso quiere decir realmente que estamos viviendo una situación crítica, que no solamente es la cuenca La Antigua, la mayoría de las cuencas en México enfrentan esa situación”.
Aunque ya existen resoluciones favorables derivadas de los trámites legales impulsados por las comunidades, los activistas denuncian que las autoridades siguen sin actuar. “(No hay) voluntad política del Gobierno Estatal y Municipal para resolver este problema”, expresó uno de los ambientalistas.
Los ciudadanos consideran urgente la intervención de las autoridades de los 3 niveles de Gobierno para revertir esta crisis ambiental. Coinciden en que sí es posible rescatar los ríos Sordo y Pixquiac que confluyen en el municipio de Coatepec, a unos 8 kilómetros de la ciudad de Xalapa, “pero falta voluntad”, lamentan.